España es uno de los paises más ricos en tradiciones y folklore vivos gracias al mimo de sus habitantes preocupados por conservarlos. ¿Porqué añadir fiestas de fuera? Hace unos años Halloween no existía y todo el mundo contento hasta que se implantó esta costumbre americana;y me pregunto hasta donde va a llegar este afán de consumismo. Sin olvidar que para un cierto grupo todo es pretexto para salir hasta altas horas de la mañana, emborrarcharse y hacer toda clase de disparates sin medir los peligros. No soy una bruja arcaica pero me preocupa ver el nuevo enfoque de la forma de «pasarlo bien» de la gran mayoría de los jóvenes actuales.
Todo es pretexto para gastar, salir de marcha sin tón ni són y no pierdo la esperanza de que salga algún festejo más creado para vaciarnos los bolsillos y luego quejarnos por no llegar a fin de mes. Comprendo que los padres quieran ver a sus hij@s felices pero ¿a qué precio?. Es absolutamente disparatado darles hasta el mínimo capricho, los acostumbramos desde pequeños a rodearse de una parafernalia totalmente inútil creándoles unos hábitos nefastos que les perjudicará el día de mañana por el hecho de criar a unos futuros derrochadores incapaces de hacer frente a tiempos difíciles.
Esta noche calles, discotecas, ludotecas y demás sitios de diversión se llenarán de pequeños y grandes hadas, vámpiros, piratas y todo lo que podamos imaginar; estoy a favor de la distracción y la alegría pero hasta un cierto punto ahora que la crisis nos está ahogando. Sin contar que hay que competir para tener el mejor disfraz, no uno casero hecho por la mamá, ha de ser algo resultón que cuesta un dinero aunque se utilice sólo una vez, o sea un despilfarro duro y puro, más las chuches y refrescos para los más pequeños, las entradas en los locales, las bebidas y lo demás…
Señores padres, un poco de sentido común, entiendo que quieran lo mejor para sus retoños pequeños y adolescentes pero ¿no les parece que por una horas de diversión ustedes están poniendo en juego el porvenir de sus hij@s?. Tienen que saber decir no antes de que sea demasiado tarde.
Lo dicho: que usted l@ disfrace bien.