Archivos para el mes de: abril, 2012

Ayudar desde nuestras propias vivencias, nuestra experiencia resulta mucho más fácil, claro está que cada ser siente a su manera y según su forma de ser. Hay casos sencillos en que las palabras de consuelo fluyen sin que tengamos que buscarlas, digo sencillos porque anteriormente ya hemos pasado por trances parecidos y nos podemos ver reflejados  como en un espejo y nadie está inmune contra el sufrimiento. Las palabras que decimos son las que ya hemos oído en un momento clave o que nos hubiera gustado oír, todos más o menos somos iguales a solas con nuestros sentimientos encontrados pero sin olvidar que a pesar de las similitudes cada uno reacciona diferentemente. En ciertos casos incluso hemos de ser un poco duros para que la persona afectada recupere su equilibrio emocional, se ve tan perdida que no consigue asimilar; para el «ayudante» puede ser doloroso pues revive inconscientemente sus recuerdos de forma brutal, pero nadie dijó nunca que apaciguar un dolor es tarea fácil. Por eso mismo tenemos que estar muy bien preparado o en vez de consolar aflijiremos más haciendo que nuestro propio dolor se transmita añadiendo más congoja.

Las personas que recibieron ayuda en un momento difícil suelen ser muy generosas con los demás, saben porque vivieron en sus propias carnes el verdadero sentido del sufrimiento y quieren evitar a toda costa que otros lo padezcan en soledad pero no por eso son omnipotentes y a veces tienen que armarse de mucha paciencia y mano izquierda para llegar a donde quieren y no siempre lo consiguen, pero no por ello son torpes ni deben sentirse mal y frustradas.

Cuando el dolor es demasiado profundo solemos volvernos sordos y ciegos, nos quedamos omnubilados sin ver la realidad y sólo muy poco a poco conseguimos salir del estado de confusión que nos impide reaccionar, hasta que no tomamos consciencia de los hechos no encontramos ninguna salida y la ayuda se hace imprescindible sea con métodos tradicionales o alternativos, el primer paso es pedir esta ayuda sin pudor ni reparo y tener voluntad para salir a flote porque si somos capaces de ayudar hemos de serlo para pedirla, darnos cuenta que hemos llegado a un extremo grave para nuestra salud psíquica y que la autoayuda es sólo un complemento. Se sale casi siempre de los tragos amargos, algunos se quedan en el camino pero la mayoría suele encontrar la salida del pozo.

Ayudar no es un monopolio de los humanos y me maravilla ver como en la naturaleza los animales y las plantas se ayudan, las manadas se protegen y viven en grupos bien adiestrados para sobrevivir y evitar mayores peligros, las plantas también se comunican entre ellas y tienen unas pautas de comportamiento para reproducirse aprovechando incluso la ayuda de animales, todos los seres vivos de este planeta poseen una inteligencia nata, cada vez los scientíficos lo van demostrando con más exactitud con unos estudios muy minuciosos.

«Ayudar», creo que es una de las palabras más hermosas de nuestro vocabulario, ayudar discretamente o luchando contra cualquier cosa antinatural, gritando, hablando o en silencio pero comunicándonos todos los habitantes del planeta a pesar de nuestras diferencias porque estamos vivos y si queremos seguir existiendo dependemos de nuestra unión desde el amor y el respeto.

Los sentimientos buenos no tienen fronteras, pertenecen al corazón de nuestro planeta Gaia y ayudar es uno de los más importantes en todo el universo.

Ayudar a los demás es una de las acciones más gratificantes pero sin caer en el exceso, primero tenemos que ayudarnos a nosotros mismos para poder hacerlo con nuestro entorno. La ayuda tiene varios grados de dificultad según a quien vaya dirigida y las circunstancias, en este caso se trata sólo de echar un cable a seres que encontramos a diario y que sabemos simplemente que nos necesitan.

Todo tiene trampa en esta vida si no sabemos dosificarnos, y tenemos que aprender hasta qué punto podemos llegar sin quedar exhaustos, siempre hemos de guardar nuestras energías a buen recaudo para hacer las cosas bien, si no nos queremos a nosotros mismos no podremos dar el amor necesario a los demás y si no poseemos autoestima no podremos devolverla a quien la ha perdido.

El ser humano es compasivo por regla general al menos que sea rematadamente egoísta y de esta compasión nace el deseo de ayudar. Hay que entender que no nos es posible ayudar a todo el mundo, por mucho que nos empeñemos no podemos cambiar la faz de la tierra y menos en esta época tan complicada. Sabemos que hay muchos seres sufriendo pero por muy buena voluntad que tengamos no daremos nunca abasto, lo mejor es crearse unas pautas de comportamiento.

También tenemos que centrar nuestra ayuda en personas que la acepten, no podemos obligar a nadie y hay gente que no desean que les tendamos una mano, al contrario les molestamos, prefieren quedarse solos por razones propias y les hemos de respetar en su decisión sin insistir. La ayuda no puede ser en ningún caso una molestia al que deseamos echar un cable.

Cuando sabemos de alguien sufriendo hay que mirar los pros y los contras antes de actuar, cada ser es diferente y reacciona a su manera de allí que se ha de analizar su problema para no equivocarnos, sería muy perjudicial para las dos partes y aunque actúemos con la mejor intención del mundo podemos herir y ser herido.

A veces ayudar puede resultar un sacrificio emocional muy duro, pensemos antes de empezar si tenemos la suficiente fuerza psíquica, no se trata de quedarnos a mitad camino, cada uno tenemos una obligación hacia nuestro entorno pero primero la tenemos para nosotros mismos y hay situaciones y hechos que no nos corresponden ya que humanamente es imposible abarcar con todas las desgracias, pensar lo contrario sería pecar de orgullo sin tener consciencia de que somos seres limitados.

Si se está ahogando una persona y no sabemos nadar lo más seguro es que las dos acabemos en el fondo, mejor buscar otra solución antes de tirarnos, ayudar a ciegas es perjudicial y para esto tenemos un cerebro que ha de prevalecer sobre el corazón.

Se puede ayudar de muchas maneras, a veces una sonrisa o una palabra de aliento son un bálsamo para un alma herida, prestar con amor tu hombro, tu mano o tu oído pueden hacer mucho más que una caja de pastillas o simplemente dejar que te cojan la mano y permanecer en silencio, este silencio que se podría cortar con cuchillo por su densidad…podemos dar un poco de felicidad aunque no la tengamos nosotros.

Cuando llaman a mi puerta y me piden algo de dinero siempre me niego, pregunto si tienen hambre y no me cuesta nada hacer un bocadillo acompañado de unos cuantos cigarrillos pero nunca doy ni siquiera un euro. Hace poco vino una señora pidiendo una limosna, me dijo que no podía comer porque le dolían las muelas, le saqué agua y un calmante, se llevó el resto de las pastillas y tabaco, se extrañó que no le diera dinero, insistió pero me mantuve firme y se marchó enfadada…a mí me hizo gracia.

Cuando ayudamos siempre tenemos que guardar una distancia prudencial, no desde el egoísmo sino desde la propia supervivencia, por suerte el dinero y lo material no lo solucionan todo y cuesta muy poco reconfortar a alguien doliente con mucho cariño pero sin olvidar también que se trata de un ser con sentimientos que tenemos la obligación de tratar con respeto, lo menos que necesita en estos malos momentos son reproches o consejos, sino calor del corazón. Hay que ponerse en su sitio, meterse en su dolor, medir nuestras palabras con mucha delicadeza para no ofender ni herir más su amor propio, que todos poseemos el nuestro.

Todos podemos y debemos ayudar pero siempre de forma racional y desde un corazón sincero.

Ayer bendecía a las hembras, pero ¿y los machos? Macho en el sentido literal de la palabra claro.

Estuvímos tantos años bajo su férula que no nos paramos a pensar que hay machos-hombres con unas cualidades infinitas, hombres buenos hasta la médula amenudo víctimas de las nuevas leyes, de las circunstancias… Porque un hombre tiene su corazoncito, sus sentimientos, sus luchas internas, son de carne y hueso lo mismo que nosotras.

El mito del macho ibérico se va perdiendo a Dios gracias, algunos retrazados mentales están dando sus últimos coletazos y múgidos de forma patética; si no ven que se les acaba el chollo es que son rematadamente estupidos, o sea índignos de que perdamos el tiempo hablando de ellos. R.I.P in internum., amén.

Aún en el pueblo veo algunos de estos especímenes en vía de extinsión, dinosáurios pasados de moda, machos alpha caducos, sin embargo me fijo en los jóvenes ejerciendo de padres, de pareja a plena luz del día y eso señores me reconforta.

Desde que la mujer trabaja fuera de casa, ellos han aprendido a cooperar en casa, se acabó llegar, echarse en el sofá y no pegar golpe. Se han mentalizado que guisar, fregar platos o cambiar pañales no es una deshonra para su masculinidad, que la pareja está en un plano de igualdad.

La mujer sale con las amigas mientras que él se queda a cargo de sus retoños y viceversa, se acabó eso de «la mujer en casa con la pata quebrada», todos tenemos los mismos derechos.

El hombre ha entendido que la mujer tiene el potencial de gozar de su cuerpo y procura complacerla, ya no la considera como un simple instrumento sexual y todos sabemos lo gratificante que puede llegar a ser un intercambio de placer desde el amor y la deshinibición. También ha aprendido a demostrar su amor con abrazos, besos, halagos y palabras cariñosas, que estos detalles no son monopolio de las féminas. Ya no es un privilegio el ser hombre, es un estado nomás. 

Hay que reconocer también que la situación ha cambiado, la mujer ha evolucionado, tiene una cierta independencia económica y ayudas sociales y legales. No quiero pasar por alto estas ayudas legales que son casi siempre en detrimento del hombre y eso no es justo, cuando hay un divorcio por regla genegal el cónyugue masculino tiene todas las papeletas para perder lo poco que tiene, aunque no haya habido malos tratos, simplemente un punto y final a la convivencia. Se queda sin hogar y tiene que pasar una pensión a su ex en concepto de mantenimiento de hijos en común de los cuales sólo disfruta en días contados.

Señor@s, no soy ni machista ni feminista, pero no me negarán que hay hombres maltratados física y psicológicamente, cuando hay una ruptura siempre es cosa de dos y las féminas podemos ser muy pero que muy retorcidas. Hace unos meses salió la condena de una mujer que se autolesionaba y echaba la culpa a su marido… Y vosotros señores míos, tuyos y nuestros no tenéis tanta imaginación. Claro que existen más maltratos hacia la mujer, es una estadística comprobada pero muchos hombres que los padecen se callan por pudor o verguenza. ¿Vuestra hombría anscestral no os permite denunciar? ¿No entendéis que sois iguales que nosotras? Un hombre muy hombre puede sentir, padecer e incluso llorar en público sin perder un ápice de su condición masculina.

Los machos-animales también conocen el amor y este instinto de protección hacia su-s hembra-s sin que interactúe el instinto reproductor y es una hermosura ver como les demuestran su afecto.

Hemos avanzado a pasos agigantados, el hombre va cambiando su actitud hacia la mujer, el hombre ya procura caminar a su lado, no unos pasos adelante y luchan al unisono desde el amor y el respeto recíprocos.

Así lo vivido yo, a pesar de la época terriblemente machista durante 35 años, y no concibo la convivencia y el amor de otra forma porque son cosa de dos seres iguales.

Es que a la mayoría de nosotras, mujeres de este mundo actual ya no nos gustan los hombres esculpidos en gimnasios, hombres macarrillas y sobrevalorados, ahora preferimos vuestras barriguitas sexis, vuestras enternecedoras canas en medio de una incipiente calvicie, nos gustan vuestras debilidades hasta vuestros ronquidos de relax nos hacen gracia porque ya no tenemos que demostraros que somos perfectas, siempre bien arregladas, con maquillage y peinado perfectos, cuidando del hogar con esmero. Ahora amados hombres podemos mostrarnos como somos, con la cara y el alma sin pintura, somos débiles como vosotros pero femeninas porque sabéis después de mucho tiempo, y hemos alcanzado vuestra altura para compartir lo bueno y lo malo.

Por eso hombres y machos de cualquier especie, hoy os bendigo; hombres y machos amorosos, buenos, atentos y respetuosos os amo, si os amo y os bendigo desde lo más profundo de mi corazón de hembra.

Dedicado a todos los hombres auténticos.

hembras fecundadas, de cualquier especie, de pecho henchido, os bendigo hembras;

de laxa mirada, ojos soñadores, vientres abultados por vidas eternas, os bendigo hembras;

oídos atentos a ruidos secretos sólo compartidos en tierno silencio, os bendigo hembras;

gestos solícitos, manos exquisitas de caricias leves, os bendigo hembras;

sueños apacibles colmados de planes, futuros amenos cargados de fuerza, os bendigo hembras;

savia vigorosa, alimento sutil, os bendigo hembras;

moradas de amor, desvelos amables, os bendigo hembras;

capillas perpetuas de luz portentosa, os bendigo hembras;

tabernáculos sagrados, os bendigo hembras;

crisoles brillantes de rayos cósmicos, os bendigo hembras;

fuentes abundantes de aguas diáfanas, os bendigo hembras;

dignas del perpetuo respeto anscestral, os bendigo hembras;

divinas esencias dignas de un altar, os bendigo hembras;

espera serena del tiempo cíclico, os bendigo hembras;

dolor silencioso, alumbramiento del alba, os bendigo hembras;

  Os bendigo hembras de cualquier especie, humanas o animales,

 os bendigo con cósmica adoración.

Dedicado a Chocolat et Championne

Un@ se despierta una mañana cualquiera y antes de abrir los ojos nota esta temible sensación de angustia, lo primero piensa «ya ha vuelto»; tímidamente, con miedo abre los ojos con muchísimo trabajo y pensando «quiero hundirme en la nada, en un sueño reparador sin pesadillas ni malos rollos». Pero si no te mueves la cabeza empieza a pensar y pensar… Entonces te levantas y haces lo de cada día con la sensación que tu cuerpo arrastra una bola, sí una bola de estas que ponían a los presos, sólo que ellos la llevaban en un pie y tú la llevas en tu cuerpo agotado y tu alma exangüe… ¿Porqué? preguntas, si no tengo motivos, he superado la depresión (según los especialistas), no tengo motivos tangibles, las cosas no me van mal…

Y claro, te han enseñado a analizar tu estado anímico, pero él se pone duro de pelar y cada vez estás más confus@; razonas o lo intentas pero te das de bruces contra un muro infranqueable, te pones cada vez más nervios@ y caes en el pozo del malestar y la congoja.

«Esta vez no caeré en la autocompasión, lucharé aunque me tenga que morir en el intento».

Decides escribir tus impresiones y esta simple tarea te parece la subida al K2, tienes que buscar las palabras, no tener faltas de ortografía, buscas y no encuentras.

Como todo y tod@s  te molestan te encierras en tu torre de marfil y cómo no, no llamas a tus amig@s, tu entorno se ha vuelto el enemigo número uno,»nadie me comprende, me van a echar la charla, etc…»

Entonces recurres a lo que según tú es tu salvador: el alcohol. Como no vas a salir nadie se dará cuenta y además ¿qué te importa la opinión de los demás?

«A ver si me puedo rendir a los sopores de alcohol»

Lo único que te importa es olvidar aunque te despiertes con un dolor de cabeza espantoso y  la boca como una lija.

Ya está, el miedo se ha instalado cómodamente en tu interior y hay que brindar a su salud, a la salud de este miedo insano que te hace sentir peor que un desecho ni siquiera orgánico pero  no te mueres, no sigues aquí aguantando el temporal. Claro te has vuelto cobarde, has buscado la muerte tantísimas veces sin resultados que te haces otra pregunta más: ¿ cómo acabar de una vez?

Y llegas a la conclusión que acabarás cuando te toque, que hay que dejarse de milongas, la vida es lo que toca y no hay que buscar demasiado para entender.

En vista del interés por la Gioconda quiero compartir una segunda entrada.

¿Nos uniremos en una meditación multidimencional? Lo ignoro hermanit@s, no sé mucho, pero si sirve para unirnos mejor ¿qué más puedo pedir? si sois el motor hecho amor de este blog, nuestra casa compartida.

Cuando estaban restaurando una copia de la Mona Lisa en el museo de El Prado, Bailey supo que era la copia más antigua, sólo entre los siglos XVI y XVII se hicieron más de sesentas versiones de mucha peor calidad. Los periodistas y medios de comunicación de todo el mundo reprodujeron la copia, esta vez representaba una joven más lozana que la de el Louvre, con colores  mucho más vivos y con la dama como a punto de salir del cuadro.

La Gioconda de El Prado fue realizada al mismo tiempo que el original, se trata de una réplica pintada por uno de los pupilos favoritos de Leonardo, probablemente Andrea Salai (que se convertiría en el amante del maestro) o Francesco Melzi, si bien expertos italianos apuntan a un discípulo español, acaso  Fernándo Yáñez de la Almedina o Hernándo de los Llanos pintores activos en el ámbito valenciano que colaboraron con Leonardo de Vinci.

No estamos ante una mera copia del retrato de las muchas que se exponen por el mundo; se trata de un verdadero work in progress, un retrato paralelo, una especie de fotocopia ejecutada de forma simultánea por el alumno mientras el profesor pintaba su obra maestra. Hay que destacar además, que el tamaño del original y la réplica son prácticamente iguales : 77 X 53 centímetros para el primero, y 76 X 57 para la segunda. El discípulo de Leonardo habría ejecutado la réplica a medida que el maestro toscano iba pintando el original en su estudio de Florencia, lo que además arrojaría nuevas informaciones sobre la forma en que se trabajaba en los talleres de los grandes pintores. Con toda lógica la obra objeto del hallazgo goza, tras ser convenientemente restaurada, de un estado de conservación muy superior al de la Mona Lisa de el Louvre: el rostro del original de París permanece oscurecido por el barniz envejecido por el paso del tiempo, lo que hace que el aspecto de la muchacha del cuadro parezca él de una mujer de mediana edad, mientras que él de el Prado ofrece ahora la visión de una chica de unos 20 o 25 años. El mundo del arte está ante una Gioconda rejuvenecida. Ana González Mozo, una de las especialistas de la pinacoteca madrileña, presentó una ponencia en la que establecía la evidencia de que la copia salió del estudio de Leonardo. Las razones por las que el maestro deseó y permitió que un discípulo ejecutase una réplica de forma paralela a su trabajo son todo un misterio.(Uno más de su vida).

Como ya he dicho arriba, su estado de conservación es mucho mejor que él de la obra de el Louvre, influido por la naturaleza de la tabla de mejor calidad, siendo de nogal con un grosor de 18 mm, a diferencia de la obra del museo francés, de chopo y de 13 mm de grosor, lo cual permite obtener información sobre el paisaje de fondo y sobre detalles de elementos como el color pelirrojo del cabello, el vestido, el velo y la silla.(sic) Se emplearon materiales de muy buena calidad y la ejecución es muy esmerada, pero según Miguel Falomir Faus, la técnica es muy distinta, propia de un artista mucho más limitado, con un dibujo de inferior calidad y una pincelada mucho más simple, continua, más lineal y compacta, sin presencia del sfumato característico del Leonardo maduro. Hay que señalar además, que en la obra madrileña la retratada aparece representada con cejas, aunque muy finas, mientras que en la de París no, asimismo las dos columnas laterales son más visibles en la obra de el Prado, siendo la tabla cuatro centímetros más ancha que la obra de el Louvre. La revista The Art Newspaper ha anunciado que el museo de Paris cambiará la data oficial de la Gioconda de Leonardo Da Vinci, que hasta ahora era 1503-1509 y que, en adelante, será 1503-1519. De hecho, la pieza de Madrid es la clave en esta nueva data, ya que, según The Art Newspaper en esta réplica se reconoce más claramente el parentesco del paisaje de la Gioconda con un dibujo de Leonardo da Vinci perteneciente a la colección de la Casa Real británica y que está fechada en 1520. La nueva data quiere decir, también, que la Gioconda fue concluida después de la muerte de Leonardo en 1519.

Se supone que pudo traerla a España el escultor Pompeo Leoni, quien poseía valiosos dibujos de Leonardo; pero faltan pruebas documentales que apoyen esta hipótesis y consta en El Prado desde la apertura del museo en 1819.

Cuatro meses duró la restauración más célebre de los últimos tiempos en El Prado, su autora, la restauradora Almudena Sánchez, eliminó los barnices oxidados, acabó con el funesto repinte negro que tapaba el paisaje de fondo (puesto ahí en el siglo XVIII, según el estudio) y con el que cubría el velo y el cabello de la retratada en la parte izquierda del retrato, y por fin procedió a la reintegración cromática que permitió la resurrección de la copia en su estado original. En resumen, y en palabras de la propia restauradora: «Se abre una ventana que estuvo dos sigloscerrada».

Misterioso y apasionante Leonardo da Vinci… Siempre que nos aproximamos a este genio nos asaltan preguntas y enigmas, de allí su encanto especial. ¿Algún día sabremos quién era en realidad? El maestro incansable trabajador, buscador del Conocimiento es y será siempre fuente de estudios, preguntas e hipótesis…

Hoy mi pueblo ha vuelto a su tranquilidad acostumbrada, los tambores se han silenciado hasta el año que viene y sólo se trastocará la vida en las vacaciones de verano. No tiene el monopolio del turismo este pueblito aragonés de 961 habitantes, todos más o menos pasan por lo mismo sobretodo ahora con la crisis en que muchos han cambiado el apartamento o el hotel de la playa por la casa de su infancia en el campo.

Pero algo me pone furiosa cuando veo a estos peculiares turistas y opto por el silencio para no crear una polémica que todos conocen pero se callan por si acaso. La mayoría del turismo son hijos e hijas, nietos y nietas del pueblo que se fueron a buscar mejoría social a Catalunya o Madrid, cosa muy valiente y loable por cierto. Lo que no soporto son sus aires de grandeza en relación a nosotros «los pueblerinos», nos miran como algo raro, un poco por encima del hombro…

Vinímos aquí por casualidad, buscábamos un terreno seco y acertamos pero mi esposo catalán, nieto y bisnieto de catalanes procuró siempre hablar lo mismo que yo el castellano, lengua española.

Él que hablasemos en casa castellano, catalán o francés era nuestra intimidad pero en público nos expresábamos en su idioma por respeto y educación.

«Donde estuvieres, haz lo que vieres»

Y resulta que oyes hablar catalán de andar por casa para ¿fardar? pero ¿fardar de qué?
¿De qué tuvíste que dejar tu pueblo, tu región para buscarte la vida? ¿De qué si hablas catalán eres más que un aragonés?

Las señoras que están o estaban y a mucha honra en porterías, fábricas o sirviendo van a las tiendas del pueblo toda emperifolladas y he oído conversaciones que no tienen desperdicio:

«Ay prima, no sé cómo te aguantas aquí, sin un cine o una discoteca» (Claro en la capital cuando terminas de trabajar no piensas en otra cosa que en ir a baílar cada día)

«No sé cómo te arreglas teniendo que coger dos autobuses para ir a la ciudad de compras o al especialista» (Claro cuando sales de baílar o del cine te vas cada tarde de tiendas)

Y de verdad que me sube un no sé qué y me tengo que morder la lengua para no inmiscuirme en la conversación, por eso decía me quedo tranquilamente en mi casita para no oír tamaños disparates.

Me gustaría preguntarles cuánto tiempo tardan para llegar a su lugar de trabajo, cuántos cambios de autobus o metro tienen que hacer sin contar la espera. De mi pueblo a Alcañiz se tardan unos 25 minutos yendo a cien/hora, seguro que ellas emplean mucho más tiempo y si de vez en cuando si tengo ganas de cambiar de ambiente tardo lo mismo con mi coche o en un santiamén estoy en Zaragoza.

Luego me encontré con catalanes de adopción que en reuniones o comidas hablaban descaradamente entre ellos sin preocuparse en absoluto de si les entendían sus padres o abuelos con el consiguiente enfado de la familia «pueblerina». No existe claro este problema de idioma con los madrileños de adopción y me parece muy bien que se aprenda el idioma de donde vives, adoptes sus costumbres y demás pero creo que todo ha de ser dentro de un orden, yo misma me fuí a estudiar el catalán a una escuela de adultos.

Señoras y señores, ¡qué poca memoria tienen ustedes con todos mis respetos claro, no hace demasiados años que está instalada el agua corriente en las casas, ¿no se acuerdan cuando iban al lavadero público o a la fuente más próxima? ¿No se acuerdan cuando ustedes los caballeros dormían con los mulos en el pajar donde tod@s iban a hacer sus necesidades mientras que vuestras hermanas dormían separadas de vuestros padres por una simple cortina?

Y omito varios detalles…

¡¡¡Menos lobos Caperucitas!!!

No ciudadanos de medio postín, no nos miréis por encima del hombro y menos a vuestra familia porque a mí vuestra opinión me importa menos que nada pero me duele por estos ancianos que han luchado día y noche para criaros.

Reconozco que acostumbrarme a vivir en un pueblo me costó mucho tiempo, fue un cambio brutal en todos los aspectos pero hoy por hoy no cambio la verdura tierna y fresca que me dan recién cortada por una lechuga sacada de un frigorífico, no cambio el aroma de la tierra abonada por el olor a monoxido de carbono, no cambio el cielo limpio por la nube de contaminación. Y esta tranquilidad, este silencio, a ver si en una capital no se despiertan con los coches, los ruidos y la bulla…Aquí pues nos despertamos cuando suena el despertador o porque ya hemos dormido bastante, eso sí que es paz y gloria.

En el pueblo nos conocemos tod@s, es un inconveniente por un lado, estamos pendientes de las últimas historias de fulano o mengano pero casi lo prefiero, al vivir sola cuando he tenido algún percance la gran mayoría me ha echado una mano, en una capital no conoces ni a tu vecino de puerta.

Tengo que decir también que no todos son iguales, muchos han vuelto a sus raíces una vez jubilados, tienen l@s hij@s en la capital pero en cuanto pudieron decidieron envejecer en su pueblo natal, cultivando el huertecito del padre y olvidando el bullicio de la gran ciudad.

Sé que esta situación desagradable y un poco triste no existe sólo aquí, pero me gustaría que no se presente en ningún lugar, todos somos iguales seamos de pueblo o de ciudad. ¿Qué más da?

Lo único importante es que seamos respetuosos y tolerantes.

Dónde hay amor puede llegar el desamor: amor/ des-amor.

¿Quién de pequeño no ha deseado ser príncipe para rescatar a una linda doncella de las garras de un feroz dragón, casarse con ella y vivir juntos eternamente enamorados?

¿Qué niña no se ha visto en los brazos de un hermoso caballero cubierto de una plateada coraza destellando al sol?

 Vivieron felices y comieron perdices. Y colorin colorado este cuento se acabó…

¿Después qué? la vida sigue hasta en los cuentos y la nuestra no es precisamente eso, es un realidad. La rutina es la principal asesina del amor, ella con su monotonía da a luz al desamor y no siempre la pareja lucha a duo contra él, en el desamor siempre hay un ganador y un perdedor, no se pueden obligar a los sentimientos permanecer intactos. Antetodo hemos de asimilar que el amor va cambiando con el tiempo, la pasión se transforma con la convivencia, vamos descubriendo pequeñas fallas que nunca imaginábamos, pequeños relajos que desmitifican el ser amado y amenudo descubrimos que no es en absoluto lo que soñábamos. Entonces pueden nacer un inmenso cariño y respeto.

Ya no tenemos nada que descubrir el uno del otro, las mariposas revoleteando en nuestro estómago se han ido muriendo, cuando se acaba la comunicación positiva empieza el desamor. Ya lo hemos descubierto todo el uno del otro, la magia ha desaparecido.

¿Dónde está la persona siempre sonriente, alegre, feliz?

¿Donde están las largas charlas haciendo planes de futuro?

¿Dónde están estos deseos de los que tánto gozábamos?

Sí, nos hemos vuelto extraños, ya no existe el deseo ni el ansia de compartir un momento a solas los dos, reanudar estas escapaditas de enamorados, la distancia de la incomunicación se hace cada día más infranqueable. El desamor se ha instalado entre los dos, puede que estémos aún a tiempo de reavivar la llama pero los dos interesados han de desearlo con la misma intensidad. Y no encontramos respuestas ni formas de luchar. Parece que tengamos todo en contra: el tiempo, el quehacer diario, los hijos y buscamos cualquier pretexto para echarle la culpa a la mala suerte, a que hemos cometido el error de nuestra vida, nos inculpamos mutuamente y la convivencia se vuelve insoportable.

El desamor se ha instalado confortablemente entre la pareja. Hemos perdido el interés espiritual hacia el otro e incluso el deseo sexual. Ya no preguntamos ni nos preocupamos,  estamos deseando quedarnos sin él-ella, haciendo cualquier cosa antes de padecer una presencia impuesta, ya no tenemos ganas de compartir, estamos los dos juntos pero separados por el pesado velo del silencio, nos rompemos la cabeza buscando un tema de conversación que al poco se interrumpe por falta de argumento.

Cuando todos los intentos fallan y deseamos reencontrar el amor hay que dialogar, o al menos intentarlo ya que es posible que uno de los dos no tenga ningún interés de salvar la situación, buscar la raíz que nos ha llevado a esta situación, con buena voluntad por parte de los dos podremos tomar las riendas en beneficio de los dos.

El amor jamás se borra de un plumazo, puede que algún fueguecillo quede entre las cenizas y hay que intentar reavivarlo. Los sentimientos compartidos son como plantitas que con cuidados amorosos llegarán a florecer, hay que regarlas y buscar el sitio adecuado, a pesar de todo algunas morirán. Y el amor es la planta más frágil, necesita atenciones constantes, mimos, abonos y sobretodo unos momentos especialmente dedicados a él para mantenerlo vivo. El amor no se disfraza, está o no está pero también requiere la verdad absoluta y hay que enfrentarse sin miedo ni pudor si queremos revivirlo. Es un riesgo pero es sobretodo nuestra felicidad.

Cuando notamos el principio del desamor tenemos que actuar con rapidez, buscar incentivos y luchar con él.

Un tiempo de separación puede hacernos reflexionar y darnos cuenta que verdaderamente necesitamos física y espiritualmente a la otra persona, veremos sin presiones qué pasa sin su compañía y de paso aclararemos nuestras ideas.

Pero ante el verdadero desamor es siempre aconsejable una separación con el fin de evitar el deterioro, la agonía y los sufrimientos que podemos evitar. La clave es no perder la autoestima personal jamás, pensar que nadie es culpable o inocente, los dos hemos hecho nuestro papel lo mejor que sabíamos.

Nada es eterno, a medida que van pasando los años todo se transforma y requiere entendimiento y a veces sacrificio y dolor. Siempre hemos de estar preparados para aceptar de forma serena los escollos infranqueables de la vida.

Dedicado a mi hermamiga con todo mi amor sin el des. Sé que ella se reconocerá.

Vivimos con el miedo real o no que sólo consigue hacernos la vida más difícil, produciéndonos un estado de angustia. Y esta angustia puede derivarnos a estados psíquicos muy graves que podemos somatizar en enfermedades físicas incurables. Porque el tamaño del miedo es sólo el poder que le damos., cada vez que lo notemos, enfrentémonos a él o la huida lo recrucederá.

Aparte el miedo condiciona de tal forma nuestra forma de ser que perdemos hasta nuestra autoestima imprescidible para vivir de forma plena, dejamos de alimentarnos bien, de dormir lo suficiente y entramos en un círculo peligroso…Sin hablar de efectos segundarios que nos empujan a malos hábitos.

Las noticias, la crisis, la situación caótica actual, el cambio etc, no nos ayudan a recuperar la sensatez, antes de que ser dominados por el miedo tenemos que dominarlo a él o estaremos perdidos. Todo a nuestro alrededor nos empuja a dejarnos vencer, aceptemos lo que hay intentando no dejarnos esclavizar sin adelantar acontecimientos, somos piezas de ajedrez pero concerebro y libre albedrío, tenemos la capacidad de decidir la dirección a tomar.. Porque el miedo lo tiene que vencer uno mismo y a medida que le vayamos ganando la partida, desaparecerá de nuestra vida.

Nuestra educación infantil y adolescente tiene mucho que ver,  sin mala intención /supongo/ nuestros tutores nos amenazaban para evitar males mayores y la religión en la cual nos educamos está basada en el miedo puro y duro. Se tocan todos los temas:

 » Que te vas a hacer daño, no corras».

«Cuidado con el sexo, es malo y sucio».

«Apártate de los hombres, sólo se quieren aprovechar de tí (o viceversa)».

«Portate bien o irás al infierno». /la frase más escuchada/

Te van enumerando una serie de peligros que vas almacenando en tu cabecita inmadura y te crean una serie de fobias de las cuales te costará mucho deshacerte a lo largo de tu vida.

¿No sería más sencillo explicarnos con palabras sencillas los avatares de la vida sin hacerlos incomprensibles y tabúes? Al fin y al cabo forman parte de nosotros.

Estos obtáculos son naturales, lo mejor es aceptarlos como tales sin darles una dimensión que no tienen. Desde el vientre materno hasta nuestra muerte estamos sometidos a una serie de hechos ineludibles, tenemos un destino, una tarea que cumplir y por mucho que nos empeñemos lo que tenga que ser será. Dejemos fluir el tiempo, sin preguntas, aprovechándolo con serenidad y confianza. Estamos aquí, somos seres vivos dotados para experimentar gozos y dolores, dejemos sólo un momento de hacernos preguntas sin respuestas, disfrutemos de los dones de la vida sin martirizarnos pensando con negatividad… 

¿Cuántas veces nos hemos preguntado «porqué» en momentos de desesperanza ???.

Simplemente es nuestro karma y lo tenemos que asumir. Venimos aquí a evolucionar hacia el Conocimiento y el aprendizaje siempre es difícil, tenemos que pasar por pruebas amenudo dolorosas pero no sabemos afrontarlas con serenidad por culpa del lastre de nuestra educación y la herencia anscestral que vamos arrastrando. Vamos cargados también con el comportamiento de nuestro familiares en situaciones límites y no es fácil olvidarnos de estos momentos, están bien anclados en nuestra memoria saliendo a la luz cuando nos sentimos perdidos aumentando nuestro miedo.

Nuestros padres son nuestra referencia y actuamos según sus enseñanas, no por eso eran malos, eran así simplemente. Nos olvidamos de sus actos buenos quedándonos con las experiencias nefastas, ellos también vinieron a aprender y no eran perfectos. Pero fueron durante años nuestro punto de referencia…

Tendemos siempre a complicarnos, si somos generosos sufrimos por todo y todos aunque no tengamos nada que ver. Tenemos que aprender a querernos para querer de forma adecuada a las otras criaturas, admitir que no somos ni más ni menos que ellas, son parte de un universo y cada una tiene un destino que cumplir, nadie se escapa.

Pensamos que que podemos olvidando nuestras limitaciones aumentadas por este miedo que nos hace preguntarnos ¿lo haré bien?. Está claro que nos equivocamos amenudo ¿y qué? lo principal es aprender para no volver a caer en el mismo error. Mientras no hemos obrado desde la maldad los remordimientos no tienen razón de ser, tenemos que perdonarnos y empezar con el alma limpia. Sólo estando en paz con nosotros mismos lo lograremos sin este miedo casi obsesivo a recaer, y seguramente nos equivocaremos de nuevo, es parte del juego.

Una actitud valiente nos da muchas ventajas, el miedo se difumina delante del corage y una actitud positiva nos ayuda en el caminar de cada día.

Conozcámonos antetodo, seamos sinceros con nosotros mismos y aceptemos nuestra debilidades con valentía, amémonos, nuestra autoestima vencerá nuestro miedo. Dejemos de una vez de maltratarnos.

Y no olvidemos que somos fallibles, que no somos dioses sino simples seres vivos aprendiendo.