Vienen fiestas especiales para los niños: Navidad y Reyes, pero estas fechas tan señaladas tienen sus pros y sus contras.
En este tiempo de crisis me parece que algunas familias lo van a pasar muy mal, decepciones en los niños y sentimientos de culpabilidad en los adultos.
¿Qué padres no quieren colmar todos los deseos de sus hijos? Este año la economía familiar ha menguado en muchos hogares y hasta Papá Noel y los Reyes habrán tenido que apretarse el cinturón…
¿Y no tenemos una gran parte de culpa? Estos últimos años íbamos más o menos boyantes, nos permitíamos lujos hoy en día impensables, sin darnos cuenta y con la mejor voluntad del mundo hemos creado unos pequeños consumistas que no entienden de dinero y menos de NO(es). La culpa es nuestra pero ellos pagarán nuestros errores siendo inocentes.
¿Quién tiene el valor suficiente de no poner debajo del árbol engalanado aquel juguete tán deseado y tán maravilloso pero tán caro?
El niño ha pedido a los Reyes aquel sueño de juguete, escribiendo con su mejor letra la carta, sacando la lengua debido al esfuerzo de tánto aplicarse, lo llevaremos de la manita al cartero real para que la entregue confiado en ver sus deseos realizados: «Me he portado bien y he sacado buenas notas, he ayudado a limpiar el coche de papá, he quitado la mesa con mamá, seguro que sus Majestades están contentas conmigo» Un razonamiento perfecto:» he cumplido, me lo merezco.»
Mientras tanto los padres agobiados con problemas que los niños no entienden (ya tendrán tiempo) hacen más números que una calculadora… Tienen tántos pagos que no encuentran la solución.
¿Qué culpa tienen nuestros hijos se preguntan?
De rebote vienen las discusiones, el malestar, la tristeza y un terrible sentimiento de culpabilidad sazonado de reproches. Los niños son esponjitas que lo absorben todo, se dan cuenta que algo no funciona y a su vez se sienten mal….
LLevan semanas viendo los anuncios en la tele, las tiendas destapando sus tesoros a bombo y platillos…La sociedad se ha hecho cómplice del consumismo en detrimento de la ilusión de los niños.
Cuando estos niños vuelvan al colegio después de las vacacaciones se reencontrarán con sus amiguitos, hablarán de sus regalos, harán comparaciones y más de uno saldrá lastimado con la eterna pregunta:«»Porqué»»
Luego hay padres con más poder adquisitivo y regalan objetos, (siempre con buena intención) que según mi humilde opinión tendrían que ser retirados del mercado: juegos y juguetes donde predomina la violencia «» yo te mato, tú me pegas, nos insultamos…»» ¡Por el amor de Dios! ¿Cómo lo podemos permitir, es que no pensamos que violencia regenera violencia? ¿Qué formación queremos dar a los hombres del mañana: paz o guerra, odio o tolerancia? Bastante tienen estas criaturas con vivir el día a día observando a su alrededor, empapándose de la tele y oyendo conversaciones inadecuadas para su edad.
Sin darnos cuenta formamos futuros delincuentes, violentos y consumistas a la fuerza, «»lo quiero, lo tomo, lo tengo.»», no importa el medio, hay que conseguirlo. ¿En el nombre del amor paterno-filial o puede que para disimular un pasotismo tan en boga en estos tiempos que corren? El amor no es hacer regalos caros, es regalar atención, tiempo, sentimientos y enseñar a través del cariño y el diálogo.
El mundo de los niños es frágil, no se tienen que criar en algodones ni fuera de la realidad pero hay un tiempo para todo, el camino es largo y arduo, dejémosles su hermosa inocencia mientras sea posible.
Depende de todos nosotros, de nuestro amor inmenso pero racional para ir creando pasito a pasito hombres y mujeres de bien que podrán con suerte, educación y principios adquiridos a lo largo de su convivencia en el hogar familiar, cambiar este mundo deshumanizado.
Por lo que yo veo en guarderías y colegios normales, públicos al uso ( o al deshuso, ya no se sabe ),, se les mete todo tipo de enganches de ese y otros tipos,, observando además que las «apas» tienen mucho que ver en ello ( siendo realmente lo único que hacen,, motivo por el cual yo sugerí a A que no pagásemos esa cuota ( siendo el «problema» que puede que a la peque no la «obsequien» con alguna tontería dos o tres veces durante el curso ); no sé lo que habrá hecho, no he querido preguntarlo );
por ejemplo nos entregan un papel por medio de la peque en la que se nos dice que el 22 tiene que ir vestida de «ángel» ( por suerte sólo piden algo blanco, no alas o yo qué sé,, porque ¿ cómo demonios viste un ángel?, y porqué tienen que hacer fiesta y machaqueo mental sobre algo que bien mirado es parte de un sistema de control de los más fuertes ejercido durante milenios ?,, hay muchísimas cosas pequeñas que habría que quitar definitivamente, y otras adaptar,,
pero claro, «es que es tradición», «es que se hace así», es que «tú quieres quitarles todo»,,, cuando resulta que precisamente a mí me gustaría que se les diese todo, toda la información objetiva, el conocimiento acumulado sin dejarse nada en el tintero porque «no lo entenderían»,,, no lo entenderían o entenderíamos ( ya que es lo mismo que deciden decirnos políticos y empresarios ),, o quizás lo entenderíamos bien y les cambiarían cambiaríamos todo el tinglao, e incluso les pediríamos cuentas??
LLevo muy mal tener que ser un mudo completamente hipócrita en el entorno escolar,, ése donde procuramos alinear y estandarizar al menor baremo a l@s peques,, es desastroso verlo en vivo y darse cuenta,,
Abrazos
Te entiendo perfectamente, amig@s mí@s tienen el mismo problema,» que si las carrozas, que si los disfraces unas cuantas veces al año, que si, que si» con el problema que tenéis que callar para que l@s peques no estén discriminado@s. Además ella ¿qué va a entender? y aunque lo entendiera se sentiría mal…Conclusión: vamos al revés, aprenden en casa y desaprenden en el cole,¿Ves cómo todo es una patraña?. Y nosor@s calladit@s por obligación…como para coger una úlcera de estómago.
Abrazos amigo.
Cuando parvulario y tele, colegio y tele, instituto y tele universidad y tele….. los padres se han convertido en sustentadores físicos del soporte, nada más, los lazos sentimentales pueden ser más o menos fuertes, pero la estructura mental la ha puesto el Estado, el Estado de 1984 en estado puro.
abrazos jnq
Tienes razón Rafa, veo que te acuerdas con nitidez de tus tiempos no tan lejanos. No puedo juzgar pero se guro que no hubiese hecho lo mismo con mis hijos si hubiesen seguido creciendo, no es malo ver la tele con mesura y acompañados de algún adulto; bueno la tele de ahora aparte de los canales de dibujos y documentales lo mejor es tirarla al contenedor…
En 1985 aún no existía el botellón, ¡lastima! hubieras tenido un entretenimiento más jeje…
Abrazos.
ahhh papá noel y los muñecos de nieve¡, ( mientras señala con la mano y el dedo extendido, casi tocando la pantalla ),
ahh papá noel… y la carroza¡,
ahh el árbol de navidad y los niños¡,
el belén y los reyes magos..¡
( palabras de la peque de 3 y medio )
abrazos
¡Qué bonito Varin! Esto te hace olvidar todo lo feo de este mundo, con una buena compañera y una enanita de 3 años y medio te sientes el rey del mundo, enhorabuena.
Abrazos
para elegir un regalo para un niño mejor ver con lo que realmente juega, no lo que pide influenciado por la publicidad. esos juguetes quedan arrinconados. los otros, normalmente mucho más baratos y útiles, esos son los adecuados.
Si señor, los niños se dejan influenciar fácilmente con la vista, para eso están los anuncios en la tele, luego los comentarios en el cole y como bien dices luego los juguetes quedan olvidados y nuevos. Veo que estoy rodeada de buenos padres y me reconforta.
Abrazos.
Yo tengo el siguiente problema: el 24 nos juntamos toda la familia para cenar en casa de un hermano y después de media noche hacemos como que viene Papá Noel y deja los regalos en la puerta. Mi hijo, como no tengo dinero recibe pocos regalos y de no excesivo valor (como debe ser), pero algunos sobrinos reciben más regalos y de bastante más valor, con lo cual ya está liado el tema de las envidias entre primos. Muchas veces me he planteado evitar esa guerra de a ver quién regala más cosas y más caras y dejar de ir a la cena de reunión familiar, pero entonces sería tachado de integrista, antisistema, contracorriente, desapegado… y no sé cuántas cosas más. Así que siempre termino yendo y pasando mal rato. Menos mal que mi hijo parece olvidar pronto el que reciba menos regalos y esté deseando que llegue esa fecha, sobre todo, para poder jugar con sus primos: me arrodillo ante él. ¡Qué lecciones tan fantásticas nos dan los niños!
Besos.
qué razón llevas, y cómo te comprendo,
se parece más a un paseo por el infierno ( éste que vivimos ), que las «blancas y felices navidades»,,
aunque por suerte l@s peques son geniales si les dejásemos e incluso si les apoyáramos;
Acertados comentarios de los demás también;
Abrazos
¿Cuántos años tiene el niño? Te entiendo hermano, pero los niños no son tontos al contrario, el tuyo SABE y CONOCE tu situación y la ENTIENDE. El niño sabe cuánto le amas, estoy convencida de que habláis y pasáis mucho tiempo juntos. Por favor no te sientas mal no es tu culpa, la reacción del niño a bote pronto es normal, hazle entender tú que papa noel (si aún cree en él) también padece la crisis. No le prives de vuestra reunión familiar, seguro que disfruta y se lo pasa mejor que tú y sino traga de momento, llegarán mejores tiempos, el niño crecerá y lo entenderá todo. Amigo, el tiempo hace milagros.
Ánimo y muchos besos.