A medida que pasan los años me he dado cuenta que ya no deseo nada nada en especial, sólo tener salud, la cabeza con las ideas claras y paz interior, no pido nada más. ¿Será porqué estoy muy pero que muy cansada tanto física como emocionalmente? Lo uno va a la par con lo otro. Hoy me conformo con intentar ser una persona, una humana con sus limitaciones, sus defectos y sus valores y sobretodo una ganas desmesuradas de aprender y de crecer, tengo el apoyo de mis seres queridos que me precedieron en el viaje que todos emprendemos y unos amigos incondicionales. ¿Qué más puedo pedir?

Cada día cuando me despierto doy gracias por poder levantarme y ser autónoma, veo por la ventana la luz, puedo saborear la vida y para eso no necesito dinero; a estas alturas de mi vida no me importa demasiado el «vil metal», es imprescindible claro pero hay otras cosas mucho más importantes que jamás se podrán comprar. He aprendido a sortear las rachas malas y a disfrutar plenamente de las cosas buenas, el dolor con los años se hace más llevadero, señal de que he ido aprendiendo, que me alimento de enseñanzas de seres magníficos, unos conocidos y otros sin rostro pero con los cuales he conectado, ninguno ha juzgado ni impuesto y les estoy agradecida.

Aunque cumpla cien años, sé que cada día me traerá algo nuevo para llegar al Conocimiento y hacer mi último viaje de esta etapa mía con un buen equipaje lleno de saber y dicha.

Hoy rechazo la hipocresía, la maldad, los lujos inútiles, los derroches en detrimento de víctimas desfavorecidas.

Hoy rechazo los indiferentes que con tal de conservar su pequeña vida anódina cierran los ojos.

Hoy rechazo ser esclavizada en nombre de un sistema impuesto por seres no-humanos.

Hoy rechazo las riquezas de hombres y mujeres que en vez de provocarme envidia me dan nauseas.

Hoy rechazo los malos tratos a seres indefensos e inocentes en nombre del egoísmo o el placer antinatural del déspota cobarde.

Hoy anhelo disfrutar de mis recuerdos buenos y malos, revivirlos dando gracias por mis vivencias.

Hoy anhelo llegar a buen puerto sin miedos, rencores, burlas hacia otros seres exactamente iguales a mí desde la vida, el amor y el respeto hacia las opiniones o credos mientras no sean violentos.

Hoy anhelo ser simplemente yo, con mis ojos para ver con nitidez la naturaleza y mi alrededor, leer un buen libro o admirar una hermosa obra de arte; con mis oídos para hundirme en la maravilla de la música y participar de una conversación amena; con todos mis sentidos y mi cuerpo para disfrutar de los dones de la vida dentro de mis medidas.

Hoy anhelo seguir con los mismos sentimientos, reír y llorar lo justo para saber que estoy viva, dormirme cada noche con la seguridad de no haber herido a nadie, de haber regalado un instante de dicha, que estoy en paz con los demás y con mi consciencia pensando que el mañana vendrá con luz renovada.

Hoy anhelo todas estas cositas que ni se compran ni se venden, cosas sencillas pero imprescindibles para el equilibrio y poder pensar que como cualquier ser bueno he venido al mundo para dejar un recuerdo grato una vez haya partido.

Hoy anhelo demostrar que la vida es un hermoso regalo hecho y recibido desde el amor infinito.