Hace casi 24 años pasé por una experiencia que me marcó para siempre y hoy he decidido contarla. Cambió talmente mi forma de ver la vida y la muerte y no tengo que justificarme si alguién no me cree porque es auténtica. Fue en mayo del 1989.
Tenía que operarme para quitarme la vesícula biliar, una operación sencilla pero que entonces requería anestesia general.
Teníamos un seguro privado y derecho a una habitación particular.
Mi esposo estaba aún sano y fuímos los dos a la clínica, él esperó mientras me intervenían.
Cuando me desperté del todo le pregunté muy enfadada porqué había dejado entrar personas desconocidas, me respondió que cómo iba a hacer semejante tontería.
Le expliqué mi experiencia:
Me veía en mi cama, mi marido inclinado sobre mí y tres personas, no sé si hombres o mujeres, sentadas en la cama del acompañante.
¿Cómo describirlas? A lo largo de todos años de obscuridades y luchas me vinieron amenudo a la mente, arrepitiéndome a veces él no haberme ido con ellas. Sin embargo me es practicamente imposible describirlas, sólo recuerdo sus ojos y su sonrisa que me invitaban a seguirlas. Transmitían una paz increíble y sé que no me dieron ningún miedo. No eran conocidas por mí en absoluto, después en casa miré fotos, intenté recordar si se habían cruzado en mi camino pero no, ignoraba y sigo ignorando quienes eran pero no descarto encontrarme con ellas en otra dimensión y puede que cuando llegue el momento volverán, no lo sé. De lo único que me acuerdo es de sus ojos y su sonrisa, con los que se comunicaban conmigo
Mi marido estaba bien, pero me acuerdo perfectamente que me negué a partir con ellas diciéndoles que él me necesitaba…
Puedo asegurar que no ví ninguna luz, ni nada especial, todo ocurrió de la forma más sencilla del mundo como un hecho normal.
Luego me desperté en mi cama después de no sé cuanto tiempo.
Pocos meses después mi esposo empezó a encontrarse mal…y lo cuidé durante 16 años…
Esta es la anécdota que quería contar, ha pasado mucho tiempo pero estas ¿personas? siguen presentes en mi vida.
¿Porqué, cómo? El cuando lo sé y tal como he dicho no descarto encontrarme con ellas algún día.
Algun@s se reirán o me tacharán de embustera, pero puedo asegurar que son vivencias que no se pueden inventar.
Sé también que otr@s me creerán y lo agradezco de todo corazón mientras sigo aquí esperando con luces y sombras.
DEDICADO A VICTOR, que su alma comparta la paz de la mía para darle las gracias por ayudarme sin proponérselo a que cuente esta anécdota.
Mil gracias por esa dedicatoria, Domi.
Personalmente, de ninguna manera podría pensar que lo que cuentas es
un embuste. El doctor en psiquiatría forense José Cabrera, viene a
decir que nuestro cerebro no es lo que a simple vista parece. Es el
resultado de miles de años de evolución y dentro de él se encuentra
la historia y la memoria de toda la humanidad.
Eso que te sucedió bien pudiera pertenecer a esas otras dimensiones
que la física cuántica está empezando a descubrir. Los nuevos físicos
ya no basan sus estudios en supuestos radicalmente racionales (como por otro lado parece que corresponde a la ciencia) y empiezan a ser una especie de sabios místicos donde aquello que no se
manifiesta de forma directa a los sentidos tiene cabida en lo real.
Si ves un vídeo en internet que se titula «el mundo plano del doctor
quamtum», verás lo limitada que puede estar nuestra observación. En otros estudios cuánticos, se ha demostrado que las partículas elementales se coportan de distinto modo al ser observadas. Es decir, el observador modifica la realidad.
¿Quién sabe, Domi? No sé, pero pienso que todo es posible, pues vivimos rodeados de una Eternidad que desconoce límites y sin embargo, nosotros, limitamos toda posibilidad o conocimiento de la realidad.
Un fuerte abrazo y enhorabuena por esa fortaleza que tienes.
Gracias a tí querido amigo Victor, un familiar mío era neurocirujano en La Pitié de Paris y siempre decía que las antiguas civilizaciones sabían mucho más que nosotros actualmente y me lo creí siempre. Nosotros no ahondamos bastante por una serie de factores que envenenan nuestras vidas: la economía, el tiempo, la falta de honradez y de ética moral. Yo sé lo que viví y si hubiera distorcionado mi forma particular de vivir y ver esta experiencia habría cambiado en el tiempo pero sigue exactamente igual.
Creo sinceramente que nuestra envoltura no deja de ser un vehículo que nos permite viajar pero nuestro espíritu está en alguna forma aprisionado. Sólo en momentos contados podemos escapar de nuestra condición humana y saber coger estos momentos al vuelo para crecer. Y en alguna forma ayudarme a resistir y aprender.
Me hablas de mi fortaleza hermano, se ha resquebrado tantas veces pero gracias a las circunstancias he salido adelante.
Abrazos.
No sabemos lo que hay y no sabemos lo que es. Nos basamos en
intuiciones, aunque por fortuna, la ciencia empieza a ahondar en
cuestiones que hasta ahora sólo parecían campo de brujos o locos.
De cualquier modo lo sabremos todo, tarde o temprano, pues soy de la
convicción de que las cosas que son y existen (independientemente
del plano dimensional en el que se muevan) son y existen para
manifestarse y darse a conocer. Bajo mi punto de vista, todo existe
porque es reconocido por un observador. ¿No dudarías de tu propia
existencia de hallarte sola en medio del desierto durante toda tu vida?
Pienso, también, que la imaginación del ser humano no es otra cosa que
la forma que tiene nuestra mente de vaticinar el futuro. Y si no, que
se lo digan a Julio Verne. Si se habla de la espiritualidad humana, es
probable que algo haya. A día de hoy, ya se ha conseguido
teletransportar una partícula cuántica y en un futuro se podrá hacer
con seres humanos. Otro ejemplo: ¿Sabías que hay partículas subatómicas
que a pesar de haber sido separadas unas de otras kilómetros de
distancia, mantienen una especie de comunicación desconocida que hace
que una sepa lo que le está ocurriendo a la otra? Todo esto que te digo
está basado en experimentos científicos que lo han corroborado. Es decir,
hay un tipo de información que se nos escapa, o más bien, hay un canal
para esa información que se nos escapa.
Me hace gracia de que me hables de Julio Verne, era primo hermano de mi abuela, nacidos en Nantes, un visionario, pero como él hay un montón de gente. ¿Ves cómo y porqué estamos todos locos en mi familia?
Lo demás no lo entiendo muy bien, sólo sé lo que me pasó y que cambió mi vida. En aquel momento sólo sabía que el amor de mi vida me necesitaba y muchas veces pienso que es lo único que cuenta. ¿Una premonición? ¿Una prueba? me es igual, hice lo que buenamente pude y sé que tuve fallos, nunca se hace bastante porque te aseguro que no es fácil aguantar 16 años, pero ahora estoy bien, feliz aún no pero todo llegará, creo tantísimo en que todo nos vuelve, el amor dado, el mal hecho conscientemente, todo en la vida es un boomerang. Mi marido cuando tenia su cabeza sólo se preocupaba de morir porque me dejaba sola y ya ves no lo estoy. Corto y cambio, te voy a agobiar…
No te canses y sobretodo se feliz
Nadie agobia a nadie, nadie decepciona a nadie. Somos nosotros los
que nos decepcionamos o agobiamos, pues nosotros tenemos el rumbo
sobre nuestra vida y nuestras decisiones.
No deja de resultarme curioso escuchar a alguien decir: ¡Me has decepcionado!
No, yo no te he decepcionado. Te has decepcionado tú por esperar algo
que yo no podía ofrecerte. Es tu idea de mí lo que te ha
decepcionado, y no yo.
Si vivimos aceptando, acogiendo y disfrutando lo que nos ofrecen en
este instante, no hay decepción que valga, pues el futuro está
situado en el mañana y mañana quizás no puedas o no desees ofrecerme
lo que ahora sí puedes y quieres.
No podemos dejar que nadie nos controle con eso.
Vivir en el presente sin aventurar el futuro es vivir en la
no-decepción.
Un beso, Domi.
No te entiendo bien Victor, NO no me has descepcionado en absoluto o hablas en general. Al contrario me enseñas muchas cosas para que pueda crecer y desprendes mucho calor humano que es el motor de nuestro corazón. Hace mucho que no sé lo que es la decepción, he aprendido que todos damos lo que podemos no lo que los demás esperan y si actuamos de buena fe y corazón nadie puede pedir más.
Un beso amigo.
Un gustazo leer vuestro diálogo, Victor, Domi, tras esta entrada donde nos has compartido una vivencia muy especial.
Escogiste vivir un tiempo adicional cuando tenías una oportunidad para irte a otras dimensiones.
Me gustaría sentirte plena y que creyeras realmente en ese gran potencial que tienes aún por descubrir, del que nos muestras muchas pinceladas y grandes brochazos, pero del que también te escondes, quizá por el significado pezuñado de la palabra «humildad» o por miedos o por ….
Sea el motivo que sea el que te frene, gatamiga… es hora de darle puerta…
Besabrazos de colores
¡Qué gusto leerte Rosa de los vientos, hace días que no escribes y se echa en falta.
No Cristina, ya no tengo estos miedos que taladraban, y me creo humilde sin hipocresía a lo Tartufo.
Voy aprendiendo cada día y me siento bien conmigo misma. Antes me reconcomían los remordimientos, si hubiera, si no hubiese…Ahora hablo en presente no en condicional, supongo que forma parte del aprendizaje. Ahora sé quién soy, a dónde voy y el porqué del día a día.
Abrabesos.
Yo también meto cuchara chicas y Victor¡¡¡ Me encanta. si, literalmente me encanta vuestra conversación a trois. Cuántas cosas y cuántas vivencias llevamos en el equipaje. Pero no suponen lastre, no pesan. A mi, al menos.
No sé si me habréis leido en alguno de esos comentarios que venimos haciendo, a cuerpo desnudo, sobre mis experiencias tempranas. Tan tempranas como recien ingresada en este mundo. Podría parecer una fantasía pero yo os aseguro que me trataron la cuestión desde muy pequeña.
Despues se iban sumando otras y era imposible que mi madre (ya habia partido) me las contara.
Pero bueno, lo de siempre con los niños. «Esta niña es rarita, esta niña lee demasiado y no es bueno a su edad, se encuentra impactada por la muerte de mamá,….blablabla. Luego, consiguieron durante unos años meterme en cintura y que me comportara «normal». En cuanto pude, escapé de los primeros muros, para descubrir que aún quedaban otros muros mucho más inexpugnables. Una buena amiga solía decirme ya de adulta :- felices aquellos que no cuestionan nada en la vida y se dan el lujo de vivir tan ricamente como si ná –
Pòs éso, que qué bien habernos conocido. Os quiero
Yo también te quiero Berthita, y doy gracias por haber conocido PERSONAS.
Es normal que tu infancia fuera diferente, pero ¿qué es ser normal? ya está bien de tópicos, SOMOS y vale.
Claro que encontramos muros inexpunables pero hay que derribarlos o rodearlos, vencer los obstáculos y vencernos a nosotros mismos pero desde el amor, dejando el lastre del equipaje inútil.
Abrazos hermanita valiente.
Hola, Domi, Bertha, Cristina.
Domi, ni se te ocurra pensar que eso iba dirigido a ti. Hablaba en términos generales.
Siento la confusión, pero es fácil llevarse a equívocos en internet, habida cuenta de que no contamos con la riqueza del cara a cara.
Bertha, has comentado:
«Una buena amiga solía decirme ya de adulta :- felices aquellos que no cuestionan nada en la vida y se dan el lujo de vivir tan ricamente como si ná -«.
Bueno, tengo mi propia teoría al respecto y no digo que esté acertada o sea la mejor. Yo creo que la ignorancia hace que uno sea «feliz», y que ser sabio supone ser feliz. Dos extremos. Ocurre que gran parte de nosotros estamos en el medio, cuestionándonos las cosas y tratando de saber cómo interpretar la realidad y por tanto, somos relativamente infelices o relativamente felices.
Tanto sabios como ignorantes, bajo mi punto de vista, son felices, pero más feliz puede llegar a ser el sabio que el ignorante (ignorante, no en sentido peyorativo), pues creo que el conocimiento es comprensión y por tanto supone una preparación mayor para las vicisitudes que puedan surgir en la vida.
Un beso.
Gracias querido amigo, tu opinión tiene mucha importancia para mí. También yo prefiero saber y preguntarme a mí o a los demás que quedarme en una ¿feliz? ignorancia.
Abrazos de corazón
¿Normales? 🙂
Estoy estos días con un libro de psicopatología entre las manos. Y, coforme al vocabulario de la ciencia psicológica, tengo que deciros que…. estamos considerados «sujetos patológicos».
jajjaa ¡como me mola!
Si, Berthita sí, la niña rarita jijiji es hora de que nos sintamos orgullosas de nuestra maravillosa niña, que ha crecido y sigue siendo rarita, desde luego!
Y a mucha honra, ¿verdad? La honestidad para con un@ mism@ es vital y cuando metemos la pata, pues… la sacamos, nos disculpamos y tratamos de mirar dónde pisamos.
Tardé unos cuantos laberintos en encontrar el departamento de la felicidad. Y ya me he hecho con un certificado de «aprendiz feliz». Asi que, con mis ingorancias y mis saberes, feliz incluso ante la adversidad, feliz incluso cuando estoy triste.
Eso háce «músculo» en la conciencia.
Y lo mejor viene cuando te encuentras con otr@s raritos y raritas, musculoconcienzud@s compartiendo su feliz aprendizaje. Gracias Domi, Víctor, Bertha y … demás rarit@s conocid@s y por conocer.
Besabrazos de rarezas felices
¿Porqué no formamos un grupo de «rarit@s? Sería el desmadre…
Bezasos.
Hola,,
Es muy interesante, y a mi después de muchos años me parece absolutamente lo natural ( aunque no sea lo normal porque la mayoría estamos obtusos para «ver» );
Lo que me surgía al leerte, es que pudiera haberse tratado de un ofrecimiento de salirte de aquí, en vista de lo que se avecinaba;
Estoy seguro de que se sintieron sorprendidos por tu decisión ( consciente o inconsciente ) y gratamente admirados por tu valor y amor incondicional por así expresarlo ( aunque no me guste adjetivarlo ) decidiendo quedarte para una prueba de fuego ( posible indicio de que ya has aprobado curso, por así expresarlo ),,
Bien,,
no que no te hayas quemado, pero sí que cual fenix te has rehecho a ti misma, has recordado todo el tiempo tu valr y tu unión intrínseca con eso que llamamos dios, o nosotros, o lo que es, como queráis,,
Maravillosa ( entiendes por qué uso eso, o Hermosuras: es lo que somos cuando nos «vemos»
Os deseamos a tod@s los habitantes de tu morada Tranquilidad y Amor
Gracias hermanito porque comprendes. He de ser sincera, no sé lo que hubiera hecho de saber…La verdad he tenido más suerte que desgracia, he conocido el amor en toda su amplitud, mi marido era parte de mí y sí que me quemé enterita pero soy dura de pelar y os conocí…
Abrazos de corazón.
Mi padre, escéptico en el más amplio sentido de la palabra, contempló como a los instantes de morir su suegro, mi abuelo, una forma vaporosa con la silueta de mi abuelo se elevaba desde su cuerpo. Para mi padre eso es un hecho. Deja para los demás las interpretaciones.
Me alegro Hermano, yo sé lo que he visto y nadie me hará cambiar de opinión. Me alegro también por tu padre, la pena sería sin duda menor. Cuando murió mi esposo sentí abrírseme el pecho con un estruendo…y las interpretaciones malévolas no me importan.
A ver si escribes algo, eres siempre muy interesante. Feliz año 2012 para tí y tus seres amados.
Abrazos.